Retrato robot del heredero de Barcina

José Javier Esparza se ha postulado como candidato de UPN, ante la sonrisa de Barcina, su patrocinadora, y la incredulidad de los cargos intermedios de la formación. La cacareada reunión en Ferraz entre UPN y PSOE, parece que provocó el harakiri de Barcina por el bien de su partido, ya que el PSN seguirá siendo el puntal del Gobierno conservador a cambio de no tener que verle la cara a la Presidenta. ¿Pero Esparza agrada más en el decadente PSN? Pues parece que sí, porque goza de buenas relaciones con algunos de los socialistas tras su etapa dentro de la Federación Navarra de Municipios y Concejos y como consejero de la Administración Local.

Tampoco parece estar mal visto por el sector de Miguel Sanz, un señor hoy en día travestido en máxima estrella del socialismo navarro como prenda de los pactos pasados, ya que Esparza ocupó varios cargos en sus últimos Gobiernos. También gusta en el sector reaccionario de los regionalistas, que Esparza tenga en su haber el triunfo en dos ocasiones en Aoiz, hoy en día feudo abertzale, cargo que le dio una buena imagen en el partido por haber lidiado con buen hacer la construcción de la presa de Itoiz.
Pero aun así su imagen sigue siendo cercana a Barcina, y sigue siendo considerado demasiado radical, cuando en UPN piden varias voces la llegada de caras nuevas y regeneradoras, ya que los regionalistas saben que los años de mayor captura electoral han sido los tiempos integradores, plurales y centristas de Juan Cruz Alli, que fueron los tiempos donde el nacionalismo vasco vivió sus horas más bajas en Navarra, no como ahora. José Ramón Rábade, director del Hospital Reina Sofía de Tudela, es a esta hora su único rival confirmado en las primarias.