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Vía Vavel.com |
Dos
partidos en uno fue lo que pudieron disfrutar los asistentes al Sadar el pasado
domingo. A los que sólo vieron la primera les resultará muy complicado entender
que pudo pasar en la segunda. Así mismo, los que decidieron no madrugar y poner
la televisión a partir de la una tampoco se podrán explicar lo que sucedió en
los primeros 45 minutos. Del 0-2 al 3-2 frente a un rival de entidad después de
realizar en un mismo partido, uno de los peores primeros tiempos y la mejor
segunda mitad de la temporada.
Si
Osasuna fue capaz de ganar al Real Betis estando en el campo (no fisícamente,
sino psicológcamente) sólo una parte del partido es que la materia prima existe.
Aunque como siempre, tras la euforia de la victoria llega esa sensación de que
sigue habiendo muchos fallos y que para pelear los puestos altos se necesita
algo más.
La
segunda parte la remontó el Osasuna de toda la vida, el Osasuna que nunca se
rinde, como le alentó la gente desde la grada, el Osasuna del fútbol directo,
el Osasuna peligroso a balón parado, el Osasuna de la intensidad, el Osasuna de
la gente de casa (marcaron Onwu y Flaño), en definitiva ese Osasuna que en las
últimas temporadas había pasado de puntillas por El Sadar. El Osasuna del
toquecillo, el Osasuna del pase horizontal, el Osasuna de la posesión sin
profundización de Gijón, se quedó en el vestuario. Osasuna salió sin bobadas y
de nuevo hizo bueno el dicho de “más vale tarde que nunca”.
Desastrosos 45 minutos
Urban
otra vez volvió a equivocarse, en mi opinión, con el once inicial, aunque de
nuevo acertó con los cambios, demostrando que es un entrenador de rectificación
más que de anticipación. Optó de nuevo por el 4-4-2 con dos medios defensivos y
un delantero y un mediapunta en las bandas. El estilo tampoco se negoció y
Osasuna salió a tener la pelota. Con los dos medios defensivos, los navarros
fueron incapaces de dar profundidad al juego. De las Cuevas y Kodro se metían
hacía dentro y le daban importancia ofensiva a los laterales. Con esta
situación, cualquier pérdida en el centro del campo, que fueron muchas, era una
contra peligrosa con Osasuna en bragas. Luego está la cuestión de la intensidad,
que no existió para los de rojo durante 45 minutos.
Si a
esto le sumas que enfrente estaba un equipo como el Betis, la situación al
descanso pudo ser mucho peor. El 0-2 era malo, pero si arriba hubiesen estado
más acertados los andaluces, el 0-4 no le sorprendería a nadie. La sensación de superioridad que estaba dando el Real Betis era brutal.
Velocidad y mucho balón parado para remontar
Tras el
paso por el vestuario, Jan Urban dio entrada a Sisi por un Ansarifard
desparecido, que revolucionó el encuentro. El extremo aportó ese punto de
velocidad al juego que le faltó en la primera parte. El primer arreón era
fundamental para lograr la remontada y Osasuna marcó pronto. También fue
importante para la victoria el paso adelante que dio Nekounam. El iraní marcó
el primer gol y se hizo con el centro del campo. El Betis no supo parar las
embestidas de los navarros en lo primeros 15 minutos y se encontraron con el
2-2.
A partir
de ahí, se igualó un poco el duelo pero parecía que los locales estaban más
cerca de marcar. Jan Urban metió en el campo a Roberto Torres, por fin no en
banda derecha, y el navarro dio una buena imagen pegando dos disparos desde lejos que
detuvo bien Adán. La otra sustitución fue la de un combativo Kodro por Manu
Onwu. El valtierrano marcó el gol de la victoria, un tanto que le dará
confianza a un jugador que la necesitaba. Los últimos minutos del partido, el
Betis no logró colgar ni un solo balón al área de Santamaría.
Destacar
también del partido a un inconmensurable Nino, que volvió a dar una lección de
pelea y garra, y a David García, el canterano sigue creciendo y fue un muro en
todos los balones por alto. 3 puntos más y a pensar en Soria, donde los
rojillos volverán a estar muy bien acompañados.
Javier Frías
Javier Frías
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