Vía diariodenavarra.es |
Sí señor Urban, fueron los huevos y no el toque lo que derrotó al Valladolid. Fueron los huevos de jugadores como Sisi o Nino y el fútbol, por fin, de Javad Nekounam. Osasuna volvió a ganar y lo hizo tras jugar casi toda la segunda parte con un futbolista menos.
Resulta Paradójico que los mejores minutos en el encuentro
fueron cuando estaba en inferioridad. Entonces lo que había que hacer era
defenderse y salir a la contra, no había que arriesgar con la pelota desde
atrás. El estilo tan inamovible para Urban quedó en entredicho después de que,
al igual que el día del Betis, los rojillos ganaran por empuje y ganas y no por
posesión ni multitud de pases entre los centrales.
Urban acertó esta vez con los cambios y a mi gusto también
con la alineación. Dos medios defensivos y Merino un poco más liberado, con la
velocidad de Cedrick y Roberto Torres sin estar defenestrado en la banda
derecha. No fue tan acertado, sin embargo, esa presión en área contraria frente
a un Valladolid que sacaba muy bien la pelota y que estuvo mejor en la primera
parte 11 contra 11 que en la segunda en superioridad.
Hubo algunos errores ya repetidos anteriormente. Por ejemplo
un gol precedido de no tapar el espacio entre el centro del campo y de la
defensa, en este caso de Raoul Loé. La
expulsión de Javier Flaño tampoco fue algo nuevo. Cierto es que se trata
de una amarilla muy rigurosa pero el lateral se mostró torpe y poco
inteligente, igual que en Alcorcón.
Tres nombres destacan
por encima del resto
Sisi fue la personificación de la pelea de Osasuna. En el lateral izquierdo se mostró batallador, pero cuando se le cambio a la otra banda, el pequeño extremo demostró una profundidad bestial que ayudó al equipo a generar jugadas de ataque y que no se metiese atrás.
Nino por su parte no encontró el gol, o se lo anularon
injustamente, pero de nuevo fue un ejemplo de cómo pelear en soledad, de cómo no
dar un balón por perdido y de cómo ser delantero, no marcar pero hacer un auténtico
partidazo.
Aunque el futbolista que brilló con luz propia fue el de
Nekounam. El iraní apareció por fin para controlar el centro del campo, tanto
en la parcela defensiva como ofensiva. Demostró su clase con el balón y con su
veteranía. El líder que buscaba Osasuna ayer fue Nekounam.
Javier Frías
Javier Frías
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