Con el eco lejano del referéndum catalán-recuerda Voz Pópuli que Navarra es la única capacitada para hacerlo dentro del marco de la Constitución-, afronta Barcina el complicado otoño que le espera, por no hablar de la preocupante primavera. La burgalesa ayer hizo doblete; por la mañana ejecutiva, en la cual decidió integrar a Alberto Catalán en el comité de listas. Es simplemente un guiño, porque el poder lo sigue acumulando ella a manos llenas. Por la tarde homenaje en Estella por los 35 años de UPN, que seguramente esté viviendo su mayor cota de descrédito en la Comunidad Foral. En ambos actos Miguel Sanz fue el gran ausente, cuya sombra crítica sigue cerniéndose sobre Yolanda.
Barcina, obcecada con su vascofobia, intentó tender puentes con el "nuevo" PSN; "ojalá con la nueva candidata podamos llegar a acuerdos y se eviten estas ambigüedades o cambios de postura del PSN, como la de la ley del Vascuence". También barruntó que habrá demandas artificiales del euskera con objetivos políticos. Demandas reales son las que tiene encima Santiago Cervera, que ya ha avisado que tirará de la manta en el juicio que se avecina, que puede poner más luz sobre el escándalo Caja Navarra.
Cervera se queja amargamente de la traición que recibió de ese mediocre personaje llamado Eloy Villanueva, cuyo liderazgo en la sombra solo se entiende desde la interinidad y marginalidad del PP navarro. Santiago dice que no chantajeó a nadie, no como otros, piensa. Es una senda muerta. No como Sendaviva, ahora que denuncia Jorge Nagore el despilfarro de 32 millones de euros no se sabe para qué. Seguramente para mantener la ruina. En vez de tapar la ruina de los hogares navarros. CCOO denuncia el desmantelamiento de la ley de dependencia y que ya el 18% de los hogares navarros viven de la pensión del jubilado de turno. Peligro, peligro.
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